La ladera del santuario es todo pinar y está urbanizada, hay casas particulares donde se ve que vive gente fija, no de turismo. Un poco por encima de esta zona se encuentra ya otra también urbanizada pero ya de uso común con un albergue bastante bien conservado, bar y una especie de palacete antiguo enorme con una capilla y viviendas en su interior (foto de abajo) tipo a las del santuario de Sancho Abarca, cada una de ellas con su contador de luz y de agua.
Al lado del bar hay un estanque con patos pequeños gobernado por un matrimonio de aucos (ocas) que nos miran con desconfianza y "hablan" entre ellos al vernos. Como buenos aucos que son no nos decepcionan y hacen alarde de su enorme y consabida mala leche en cuanto les molestamos un poco. Son agresivos pero muy graciosos cuando se enfadan y les cabreo para que Miguel vea una cosa que en nuestra infancia era bastante normal pero que ya se ha perdido. Cuando yo era pequeño muchos corrales estaban abiertos todo el día y en los que había aucos íbamos para que nos encorriesen, había algunos que no hacía falta ni que te metieses con ellos, eran peor que los perros y estaban en la puerta preparados para atacar a cualquiera que se acercase. Se podría decir que el auco es algo así como el miura de los patos.
Desde aquí a la parte mas alta o "Calvario" como aquí le llaman se puede subir por un sendero muy agradable con mojones de Via Crucis, deben formar parte de alguna tradición de esas de subir a la ermita sufriendo como nuestro señor.
Arriba ya encontramos la ermita del calvario y mas allá otro bar en cuyo exterior nos hacemos la foto de rigor, un "golpe", almuerzo y p'abajo.
Al lado del bar hay un estanque con patos pequeños gobernado por un matrimonio de aucos (ocas) que nos miran con desconfianza y "hablan" entre ellos al vernos. Como buenos aucos que son no nos decepcionan y hacen alarde de su enorme y consabida mala leche en cuanto les molestamos un poco. Son agresivos pero muy graciosos cuando se enfadan y les cabreo para que Miguel vea una cosa que en nuestra infancia era bastante normal pero que ya se ha perdido. Cuando yo era pequeño muchos corrales estaban abiertos todo el día y en los que había aucos íbamos para que nos encorriesen, había algunos que no hacía falta ni que te metieses con ellos, eran peor que los perros y estaban en la puerta preparados para atacar a cualquiera que se acercase. Se podría decir que el auco es algo así como el miura de los patos.
Desde aquí a la parte mas alta o "Calvario" como aquí le llaman se puede subir por un sendero muy agradable con mojones de Via Crucis, deben formar parte de alguna tradición de esas de subir a la ermita sufriendo como nuestro señor.
Arriba ya encontramos la ermita del calvario y mas allá otro bar en cuyo exterior nos hacemos la foto de rigor, un "golpe", almuerzo y p'abajo.
Entre subir y bajar casi 13 kilómetros y una conclusión, disculpen los borjanos pero me gusta mas nuestro santuario y no por el motivo de que yo sea de Tauste, éste está bastante mejor equipado pero la única vista que tiene bonita es el Moncayo, los alrededores nuestros son bastante mejores que estos.
Foto: Miguel Jr.