En el punto desde el que ya se ve la ciudad tenemos este enorme monumento en el que a estas horas hace un frío que jode.
Tras un paseo urbano llegamos a este arco, al otro lado tenemos por fin la plaza del Obradoiro.
No se puede negar que este lugar impresiona, la fachada de la catedral se asemeja a las ciudades perdidas por la jungla de las películas, por entre las piedras crecen hierbas y todo, no falta mas que Quatermain.
Lo primero que debe hacer un peregrino cuando llega a Santiago es ir a que le den "la Compostela", para ello hay que ir con tu "Credencial", un libreto que has ido sellando por todo el camino para demostrar que has venido por la ruta buena. La Compostela te la dan en una oficina de atención al peregrino que hay en la Rua do Vilar, al principio de las platerías, lo primero que rellenas en un mostrador largo es una fila de un estadillo en el que pones tu nombre, procedencia y motivación por la que vienes. Si tu motivación no es religiosa te quedas sin Compostela pero la verdad es que al personal le jode no dártela, no se si es porque les fastidia perder adeptos al santo o por que realmente les da pena que hayas ido pa ná (ya se sabe que ir pa ná es tontería). Bueno, el caso es que yo no tengo compostela pero sin un certificao que dice que he ido andando, pero cuando marqué la casilla de "motivos no religiosos" la señora me hizo la sugerencia de que reconsiderara mi decisión de poner ahí la cruz, por eso digo que parece no hacerles mucha gracia que vayas por ir.
Por la mañana a abrazar al santo por la Puerta Santa que solo abren en los años Jacobeos y por la tarde a misa de seis con Botafumeiro y todo (esto último me lo perdí). La Puerta Santa Accede al deambulatorio de la Catedral y es esa que entre Jacobeo y Jacobeo está tapiada, pa abrazar al santo hay unas colas del 15 pero suerte que me di cuenta y nos anticipamos a una horda de creyentes que la debieron colapsar ya pa tol día.
Mas tarde unas amigas que hicimos en Portomarín y residentes en Santiago nos llevaron a sitios que ni pol forro ves si no te llevan, compramos aguardiente en un sitio muy peculiar, "el Mosquito", y cenamos pulpo "a grella", o sea, pulpo a la plancha con los tentaculos cortados longitudinalmente en vez de en rodajas.
Un día para no olvidar.
3 comentarios:
El caballero que está debajo del arco ¿Es un gaiteiro?
Si señor, es un gaiteiro. Y la verdá es que redondeaba la acción de entrar al obradoiro, tocaba muy bien además.
Envidia, envidia, envidia... Joer, qué envidia.
Publicar un comentario