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Palas de Rei - Arzúa

Etapa larga pero agradable porque ya empezamos a internarnos por los bosques de eucalipto que en muchos lugares son espectaculares. El eucalipto es un cabrón de árbol que come sin conocimiento pero no aporta nada al entorno, sus desechos (hojas y corteza) no enriquecen el suelo circundante, hay quien dice que incluso son perjudiciales, es algo así como el Correa este de la trama Gürtel pero en árbol. Como contrapartida para el hombre es un árbol muy aprovechable y por aquí se nota que lo explotan.
Tenemos 28 kilómetros por delante y hay que tomárselo con calma, vamos despacio y disfrutando del entorno. A la salida de Palas confirmamos esa famosa frase de que "hay gente pa ", pegada a la valla de un prado hay una peregrina extranjera intentando hacer fotos a una punta de ovejas que pastaban compuesta por tres o cuatro de ellas junto con el mardano y unos corderos. Como los animales le daban la espalda intentaba hacer que se volviesen para hacer la foto, y para ello con un tono muy dulce les decía "cu-cu", eso son técnicas de bienestar animal y lo demás tonterías, tomen nota los señores de San Simón y San Judas de como se llama al rebaño.
Entre Palas y Arzúa hay un pueblo llamado Melide al parecer muy famoso por sus pulperías, nada mas entrar en el casco urbano el dueño de una de ellas lo prepara de cara a la calle e invita a degustar al personal, en menos de un cuarto de hora se le llena el garito. Con pulpo y Ribeiro de la casa (joer como estaba el Ribeiro) el camino se hace mas llevadero. Diréis que así cualquiera y cosas de esas pero no me importa porque llevo torta, la carne es débil.

Después de cenar en Arzúa nos tomamos un café en el bar de un albergue privado, una familia con cinco hijos de entre los 9 y los 20 años (ma o meno) se dispone a cenar. Hacemos cuentas aproximadas del pico por el que a este señor le va a salir el caminico, una ruina total, seguramente estarán subvencionados por la obra (digo yo).
A dormir que mañana es larga.

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